El ejercicio intenso aumenta el riesgo de esta enfermedad de la motoneurona

El ejercicio regular y extenuante aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de la motoneurona (EMN) en personas que son genéticamente vulnerables, según un equipo de investigadores de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido.

La EMN es en realidad un grupo de enfermedades (la mas común de este grupo es la esclerosis lateral amiotrófica o ELA, que padecía el fìsico británico Stephen Hawking) que afectan la capacidad de moverse, hablar en incluso respirar, ya que las neurones motoras son las encargadas de transmitir los mensajes del cerebro a los músculos.

Esta enfermedad tiene la capacidad de acortar dramáticamente la vida de quien la padece.

Los investigadores señalaron que nadie debería dejar de ejercitar por causa de su estudio. Pero esperan que este descubrimiento puede llevar a diseñar una metodología para detectar quiénes corren mayores riesgos para hacer recomendaciones personalizadas.

Factores de riesgo

Quién la contrae y por qué es una combinación complicada y mal entendida del riesgo genético con el que uno nace y otros factores ambientales que se acumulan a lo largo de la vida. Durante mucho tiempo ha existido una conexión entre el ejercicio y la enfermedad, pero si fue una “causa” genuina o simplemente una “coincidencia” ha sido motivo de un feroz debate.

        

 

      El científico británico Stephen Hawking padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), la más común de las EMN.

Estudios en futbolistas italianos han mostrado tasas hasta seis veces más altas de lo normal. Atletas como Rob Burrow (de la liga de rugby de Reino Unido), Stephen Darby (fútbol) y Doddie Weir (sindicato de rugby) han hablado abiertamente sobre la enfermedad.

“Hemos dicho de manera concluyente que el ejercicio es un factor de riesgo para las enfermedades de la motoneurona”, le dijo a la BBC Johnathan Cooper-Knock, uno de los investigadores del estudio.

“El número de atletas de alto perfil afectados con EMN no es una coincidencia”.

Ejercicio extenuante

Los investigadores analizaron datos del proyecto UK Biobank, que tiene muestras genéticas detalladas de medio millón de personas. Utilizaron una técnica llamada aleatorización mendeliana para convertir esos datos en un experimento, y demostraron que las personas cuyo ADN las hace más propensas a realizar una actividad intensa tenían más probabilidades de contraer EMN.

El estudio, publicado en la revista EBioMedicine, también mostró que:

  • muchos de los genes que se sabe aumentan el riesgo de EMN cambian su comportamiento en respuesta al ejercicio
  • las personas con la mutación más común relacionada con las EMN desarrollan la enfermedad a una edad más temprana si hacen ejercicio vigoroso

Los investigadores definieron ejercicio extenuante y regular como más de 15-30 minutos en más de 2-3 días por semana. Pero, obviamente, la mayoría de las personas que hacen esta cantidad de ejercicio no desarrollan la enfermedad.

“No sabemos quién está en riesgo y no iríamos tan lejos como para decir quién debería y quién no hacer ejercicio”, señaló Cooper-Knock.

“Si todos dejaran de hacer ejercicio, eso haría más daño que bien”.

Recomendaciones personalizadas

La esperanza es que la investigación permita finalmente hallar una forma de adaptar las recomendaciones similar a la detección de problemas cardíacos en los futbolistas.

Pamela Shaw, directora del Instituto de Neurociencia de Sheffield, dijo que el estudio “ayuda a desentrañar el vínculo entre los altos niveles de actividad física y el desarrollo de ENM en ciertos grupos genéticamente en riesgo”.

Se cree que los niveles bajos de oxígeno en el cuerpo durante el ejercicio extenuante podrían conducir a un proceso llamado estrés oxidativo en las motoraneuronas, que son algunas de las células más grandes y más demandantes de oxígeno del cuerpo.

Esto podría provocar daños y eventualmente hacer que las células mueran en personas que tienen esa vulnerabilidad genética.

Brian Dickie, doctor de la Asociación de Enfermedades de la Motoneurona, dijo que se necesita más investigación en este sentido.

Señaló que los componentes genéticos y ambientales de la EMN se estudiaban a menudo de forma aislada, mientras que “el poder de esta investigación proviene de unir estas piezas del rompecabezas”.

fuente: Ela.org.mx

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